La echinacea ayuda a combatir las infecciones respiratorias tales como gripes y resfrios. Tiene también un potente poder cicatrizante, dado que favorece la formación de tejido de granulación, responsable de la curación de las heridas. Eso, sumado a su propiedad antivírica, hace que sea eficaz en quemaduras, eccemas, herpes, picaduras e incluso en brotes de psoriasis. La raíz de echinacea se puede usar también, por vía tópica, como tratamiento y alivio de las manchas y espinillas que aparecen con el acné leve.